No veo el sol. No quiero ver el sol, me escondo de él. No quiero que nadie me vea a la luz del sol.
Nadie me ve con el brillo del sol, con el brillo que hay en mí, solo por las noches son capaces de ver un atisbo de todo mi resplandor.
Las noches son mi cobija, me permito brillar lo justo para que me vean. Por los días el sol brilla demasiado, no permite que yo brille con él, no permite que le haga competencia. No puedo competir, no puedo brillar, no puedo ser; ya no puedo ser con el sol.
Siento que brillo cada vez menos con él, siento que me opaca cada vez más. Antes brillábamos juntos, los dos, ahora me come y me deja sola y me aparta. No sé cómo brillar con él, se me ha olvidado brillar por el día, se me ha olvidado.
Creo que el sol me ha robado el brillo para brillar él más, no tengo energía. La luna por las noches es la única que me consuela, que no compite con mi brillo, que se queda callada y me mira de verdad. Tiene compasión por mi falta de brillo y no le importa que lo haga o no, porque siempre esta conmigo: mirándome y cuidándome y dándome de beber.
No sé porqué el sol me ha olvidado y no sé porqué la luna me acoge en sus brazos, no sé que he hecho para merecer el desprecio del sol y el cobijo de la luna, no lo sé. Cuando estoy con uno no estoy con otro. Antes brillaba tanto con el sol que se me olvidaba la luna, era yo la que la despreciaba. Y cuando me vuelve a recordar su amor, el sol me olvida.
No sé cómo encontrarme en los dos a la vez, no sé cómo hacerles entender que soy sol y soy luna, no sé cómo hacer para que no me ciegue el brillo del día o la oscuridad de la noche, no sé cómo vivir en los dos lados; es lo uno o lo otro y da igual lo que yo quiera, porque ellos son los que me eligen.
La luna me cuida cuando estoy más débil y el sol me eleva cuando estoy más fuerte, pero ¿cómo les hago entender que soy las dos a la vez? ¿Que a la vez soy debilidad y fortaleza, que existen por igual en mí en todo momento, que no puedo vivir sin la una ni sin la otra, que no puedo ignorar su convivencia, su antítesis? Ahora me confunde el día, me marea, me droga y me acaricia el pelo la noche, y me entiende y me sostiene mientras lloro.
Ahora solo me quedan las noches y pronto volverán los días, hasta que me pueda encontrar en los dos, ellos decidirán por mí si brillo o si muero.
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