Hace tiempo que no escribo, hace tiempo que no pinto, que no lloro.
Hace tiempo que no me permito estar viva, que me pierdo en performar, en olvidarme, en fingir.
Hace tiempo que no me permito tener tiempo, que no me creo merecedora de él, que me convenzo de que le pertenece a otros todo lo que es mío. ¿Quién soy si los otros no me ven? ¿Quién soy si los otros no me entienden? ¿Quién soy sin el mundo, sin sus expectativas, sin su aprecio, sin su reconocimiento?

Se me olvida a menudo lo grande que es el mundo, se me olvida a menudo también lo abundante que es el tiempo. Me ahogo en el "qué dirán" y me sofoca y no importa, porque sigo ahogándome en el placer que mi papel le genera a los demás, porque su amor me enloquece, pero no puedo respirar. Quiero respirar.
A veces ese amor me salva, me salva de tener que lidiar con el caos que hay en mi cabeza, el caos que hay en la de todos. Me mata que siempre que anhelo ese amor acabo entregándome a ciegas y con devoción, todo para mí, todo para él, es un amor adictivo y nocivo que me destruye y borra quién soy, no deja más que una cáscara. No lo puedo evitar.
Cada vez vuelvo menos a ese amor, cada vez soy más consciente de él y del daño que causa, cada vez me siento menos culpable por regresar, cada vez me perdono con más compasión por dejarlo entrar en mi vida, por hacerme daño, yo a mí, por no ser capaz de hacerlo mejor.
Luego, cuando soy capaz de soltarlo, me toca volver a encontrarme. Encontrarme, una y otra vez, fuera de los ojos de los demás y solo dentro de esa cáscara que quedó hueca. Es complicado estar fuera de los ojos de los demás, es complicado encontrar el punto medio, el límite entre quiénes somos para el mundo y quiénes somos sin él. Es complicado lidiar con su rechazo y sus juicios y sus culpas y sus vergüenzas, es complicado sentir que todo lo que soy no gusta al mundo, es complicado vivir fuera de él, es complicado vivir dentro de mí sin poder deshacerme de él.
Ya pocas cosas me importan de verdad, cada vez son menos pero cada vez son más importantes, cada vez son más valiosas, cada vez las cuido más; cada vez me cuido más. No pasa nada, cuanto más amor hay dentro de mí, menos amor necesito del mundo. Creo que voy a estar bien, sí, estoy segura de que voy a estar bien, aunque haya temporadas en las que ni llore, ni pinte, ni escriba.
Comments